miércoles, julio 15, 2009

Mal día

Le costó más que nunca bajarse de los árboles. Los pies vacíos de sangre le dolerían al pisar el suelo con firmeza, tendría que aterrizar con las manos; tal vez se las heriría pero es preferible al dolor de los pies.
Nada de viento.
Las nubes púrpuras pudieron haber parecido hermosas, pero no lo eran entonces.
Ella lloraba a distancia y él no la oía; ella necesitaba de su ayuda y él...
En el barro habría sido mejor, como la vez primera. El pavimento frío, más que soberbio, soportaba su presencia de ella y él. Abrazados. Rodando.
El sudor, los besos, el frío, la humedad, las heridas. Su rodilla doblándose tras la falsa protección que le brindaba su falda mojada por la noche y desgastada por el concreto. Las luces se expandían, volviéndose menos nítidas con cada respiración de ambos, pero eso ya hacía mucho...
Ella merecía el barro y no era ella quien se hallaba en tierra.
Los vidrios, los metales, todo la mataban de a poco. Sus cabellos largos caían junto a sus caderas, en posición fetal torcida mientras otro ser en posición fetal posiblemente también torcida gemía en su vientre. Su cabellos largos, era hermosa. Sus cariños largos. Sus largas caricias.
Auto-consuelo.Caricias a cargo de sus manos.
Él tal vez caía, tal vez temblaba, tal vez sus pies le dolían.
No fue hermoso el momento de dar a luz .
Sus cabellos -largos y mojados- casi tocaban el pavimento de los días de los besos, los revuelcos, la batalla suprema dada ante las heridas y la sangre en la calle fría y mojada. El calor en los labios, los ojos,la entrepierna y las lágrimas en sus mejillas. El frío en sus huesos, espalda, costillas, extremidades, sus pies mojados, dedos temblorosos, su cabello mojado pero hermoso.
Sus manos recibieron al pequeño gatito muerto que acababa de dar a luz.
Él tal vez en los árboles, tal vez en la tierra, tal vez barro y recuerdos, y quizás, quizás...
En esa distancia, lo único que les unía: El viento, demostrando su soberbia en su ausencia. Frío como el pavimento, el suelo y el cabello mojado. Duro e hiriente como él, como el pavimento -de nuevo-.
Ni una brisa alrededor de él. Ni una brisa alrededor de ella. Ni una vida tras el alumbramiento.

(¿notas la falta de viento?; normalmente no; la conversación inexistente)

Era realmente hermoso y abrumador, como el viento, tan soberano enrome y omnipresente, acordó detenerse aquel día solo para ellos, solo para ignorarlos, uno de los gestos que más dedicación requiere.

3 comentarios:

Miaecilla dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sick/Boy dijo...

estimado, pasaba por aqui y me vi leyendo su texto (por no decir historia, relato, cuento... cosas del autor)
Lo lei ya 3 veces.
No quiero entrar en subjetividades (pero me agradan), solo tomar en cuenta lo descriptivo: parace como la tortura china, esa de la gota. Con lo antes dicho se pretende hacer una analogia de lo que me produce la lectura de su texto, no con animo de decir "leerte es una tortura"(en el sentido de que tu texto sea desagradable)si no en que esas gotas constantes de descripciones "El calor en los labios, los ojos, las lágrimas y la entrepierna. El frío en sus huesos, su espalda, sus costillas, sus extremidades, sus pies mojados, sus dedos temblorosos, su cabello mojado pero hermoso." penetran más en el extremecimiento, lo profundiza hasta llegar al estertor del texto (la sublimacion de la no-vida)y del propio lector (que espera el viento o aliento).

Saludos contertulio, estamos en sintonia.-

strange_child dijo...

Wn ..las descripciones exhaustivas la llevan , Dumidu-Midumi hizo una canción sobre eso y como siempre ellos tienen razón.

T _ T ¿ Por qué Dumi es tan genial ? Si tan sólo pudiesemos ser como ellos u .u

(8) Ay ! Mi ojo ! me masturnio , me masturnio ...Ay ! mi ojito ! me masturnio , me masturnio (8)


Ojalá que la señora te mire.